El ´plan conejo´de Venezuela es un
mal plan. Antes que un plan de estos, Venezuela debe resolver otros problemas
que aquejan a sus ciudadanos, mínimamente que la población no tenga hambre.
Luego, hay que ser ingenuo para creer que, con regalar una parejita de conejos
a una familia, esta los va a criar con el fin de alimentarse de la progenie por
siempre. Este pensamiento ha sido y es muy común en Perú, pero con cuyes. Lo
interesante es que mientras que al conejo le ponen una campanita en el cuello,
a los cuyes si los criaban, pero para engordarlos. Esta clase de ‘extensión’
siempre ha fracasado. Lo primero que un plan como tal debería considerar es la
aceptación de las personas a consumir conejo ya que el mismo artículo señala no
existe esa costumbre en Venezuela. No obstante, la falta de consumo no se debe
a un tema cultural, sino a que no es una carne muy poco común de encontrar en
las carnicerías. Por tanto, si es posible introducir al conejo en la dieta.
Crianza familiar |
Una
vez que el conejo es aceptado como parte de la dieta y existe ese deseo en las
personas, es posible comenzar a pensar recién en un ´plan conejo´. Un plan de
este tipo debe de ir de la mano con la accesibilidad al alimento concentrado
(en zonas urbanas) o forrajes (zona rural), productos veterinarios, jaulas,
facilidades bancarias, educación y de incluso la creación de un mercado. Esto
último es indispensable, ya que lo que usualmente ocurre es que las familias
tienen más interés en generar dinero que crear su propio alimento.
Finalmente,
quiero aclarar los desaciertos de la nota.
Por un lado, un conejo no genera 2.5 kg de pura carne en dos meses y medio.
Alimento, raza y sanidad influyen en ello. En el ambiente familiar, la
alimentación suele ser forraje con residuos de la cocina, no se usan conejos de
raza y la sanidad es generalmente deficiente. Mi mejor estimación es que 2.5 kg
de peso se logran en unos 4 meses y de los cuales 1.2 kg aproximadamente es
carne. Lo otro es que, en ese ambiente familiar, la hembra no pare de 10 a 12 gazapos,
ni te sobreviven ocho. En ese ambiente, la hembra pare entre seis a diez crías
y sobreviven dos o tres.